jueves, 29 de noviembre de 2012

La escultura y la arquitectura peruana

En la etapa colonial, la escultura y la arquitectura fueron dos artes estrechamente relacionadas, que destacaron como expresión de la vida religiosa. La escultura no se pensaba de un modo aislado, sino que se hacía para integrarla en una edificación -principalmente en una iglesia- o en una procesión.

Desde los primeros años de la conquista se trajeron al Perú muchas esculturas sevillanas de carácter religioso destinadas, entre otras cosas, a apoyar la evangelización de la población andina. Las esculturas de maestros sevillanos como Juan Martínez Montañés se convirtieron en un modelo a seguir por los artistas del Perú colonial.

La talla en madera

La mayor parte de las esculturas durante el Virreinato eran de plata o madera. La piedra solo se utilizó para las fachadas de los edificios de la administración virreinal, las universidades, las iglesias y casas de gente importante.

El tipo de escultura que destacó en aquella época fue el de la madera tallada, lo que queda demostrado en los techos de las iglesias menores y conventos coloniales, así como en los siguientes tipos de trabajos:

  • Sillas para coros. Las sillerías contaban con respaldares totalmente tallados con imágenes de santos o narraciones de historias sagradas. Las muestras más importantes que se conservan en Lima están en los conventos de San Francisco y Santo Domingo, y en la catedral de Lima.
  • Retablos. Eran grandes construcciones de madera, recubiertas en algunos casos con pan de oro. Se encontraban detrás del altar o en las capillas laterales de iglesias y conventos. En los retablos, al igual que en las sillas para los coros, se representaban historias bíblicas o la vida de los santos. Uno de los más importantes se encuentra en la catedral de Lima. Es el de San Juan Bautista, realizado por Juan Martínez Montañés y traído desde España.
  • Púlpitos. Consistían en una especie de plataforma elevada en la parte lateral de la iglesia, desde donde el sacerdote pronunciaba sus homilías. Todos los púlpitos coloniales estaban bellamente tallados. Uno de los más hermosos es el de la parroquia de San Blas, en Cusco.


Los escultores

Entre los escultores más importantes tenemos en la sierra sur a Francisco Titu Yupanqui y a Juan Tomás Tuyri Túpac. En la Lima del siglo XVIII destacó el escultor mestizo Baltasar Gavilán, autor de esculturas funerarias y de La Muerte.
 
En la arquitectura colonial, como en la pintura y la escultura, predominaron las construcciones religiosas sobre las laicas.

La arquitectura no siguió de forma inmediata las modas europeas, y la aparición de un nuevo estilo no significó la desaparición del anterior. Así, durante el siglo XVI, en todo el Virreinato del Perú se alternaron construcciones de estilo renacentista con otras del gótico tardío, y era frecuente hallar en edificaciones de ambos estilos techos de tipo mudéjar.

A partir del siglo XVII el estilo barroco surgió en la arquitectura colonial.

Los alarifes

Los arquitectos y maestros de obras en la Colonia recibían el nombre de alarifes. En el siglo XVI, la mayoría de los que trabajaban en el Perú eran de origen español. Entre ellos sobresalió Francisco Becerra, gran impulsor del Renacimiento y uno de los responsables de la construcción de la catedral de Lima. Ya en el siglo XVII aparecieron alarifes nacidos en el Perú, como Manuel de Escobar, responsable de la edificación del templo de San Francisco.
 
En la arquitectura colonial, como en la pintura y la escultura, predominaron las construcciones religiosas sobre las laicas.

La arquitectura no siguió de forma inmediata las modas europeas, y la aparición de un nuevo estilo no significó la desaparición del anterior. Así, durante el siglo XVI, en todo el Virreinato del Perú se alternaron construcciones de estilo renacentista con otras del gótico tardío, y era frecuente hallar en edificaciones de ambos estilos techos de tipo mudéjar.

A partir del siglo XVII el estilo barroco surgió en la arquitectura colonial.
 

 
 
 
 
 
 

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